miércoles, 2 de diciembre de 2009

Biofilia

Una interacción óptima entre los animales y el hombre es lo que el prestigioso biólogo Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard, denomina biofilia, la «afiliación innata emocional de los seres humanos hacia otras criaturas vivas».


La sana interacción con los animales la contemplamos a diario en numerosas escenas de la vida: la mascota sigue a su dueño, recíprocamente este la demanda y tiene la impresión de que le obedece y le es leal. La biofilia constituye, sin dudas, el fundamento de esta sana relación hombre-animal; pues el contacto verbal y corporal con otros seres de una especie distinta a la nuestra conduce a niveles de comunicación más profundos e importantes. Numerosos experimentos demuestran que los animales, especialmente los domésticos, no sólo representan ser un miembro más de la familia o del hogar, sino que también constituyen una verdadera fuente de salud.


Se ha comprobado que estar en contacto con los animales, atenúa los niveles de la presión sanguínea en situaciones de máximo estrés. Avalando este hecho, de acuerdo a experimentos realizados por científicos australianos, las personas de ese país que poseen animales de compañía asisten menos al médico y a los hospitales e ingieren una menor cantidad de medicamentos.


Para muchos psiquiatras abocados al estudio de este fenómeno, ciertas conductas de los animales guardan paralelismos con el comportamiento humano. Ellos aseveran que, precisamente, es en esta vinculación donde los investigadores pueden descubrir interesantes aplicaciones terapéuticas. En este sentido, los terapeutas consideran un factor sumamente importante el hecho de que el animal no clasifique a su compañero de juegos humano dentro de las categorías del Homo sapiens, como feo, hermoso, blanco, negro, rico, pobre, inteligente o discapacitado. En definitiva, quien entabla una sana amistad con un animal o mascota sabe que se siente aceptado plenamente como persona tal cual es.

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