jueves, 31 de diciembre de 2009

Feliz 2010!

El 2009 se va para dejar paso al siguiente año..


FELIZ 2010 a todos/as!!!!

sábado, 19 de diciembre de 2009

Se solucionó lo de Billy!


Estuvimos hablando Javier y yo de cambiar de clínica veterinaria y tal pero él dijo que primero quería llamar a la actual y hablar con la dueña para contarle todo lo que pensaba.


Y así lo hizo, le explico todo desde el trato que recibí hasta pasando por análisis mal hecho y dietas super restrictivas para terminar en el pastón que nos hemos gastado para que aún el hurón no este operado.


Ella le dio la razón en todo, por lo visto no sabía casi nada. Dijo que la dieta que le puso al Billy era cruel y que gracias a eso se le ha alterado el metabolismo que es lo que daban los valores hepáticos altos.


Así que el lunes lo operan!! por fin podre juntarlos a los dos de nuevo, y dejará de oler tanto! (que quieras que no era un problema aunque no nos importara)

viernes, 18 de diciembre de 2009

Billy de veterinarios


A principios de Octubre lleve a Billy, uno de mis huris, a castrar. Resulta que antes de la operacion debes hacerle o una analitica o hacerle una revision, total opte por la analitica ya que es mas completa y asi me aseguraba que estaba todo correcto.


Pues nada mas llegar y entrar en consulta el veterinario me empezo a echar la bronca diciendo que el huron estaba obeso y que tenia que ponerlo a regimen ya (vale, si estaba entradito en carnes...) y en los analisis le salieron los valores hepaticos un poco altos, me dijo que no me preocupara que eso era a causa de la obesidad. Me dijo que lo pusiera a dieta y que le diera un medicamento (Legalon) para proteger al higado. Total me dijo que al mes ya lo operaban porque el huron estaria en mejor peso y tal


Al mes, (a todo esto todo el mes medicado y a dieta) pedi cita y lo iban a operar, total lo lleve por la mañana (con 12 h de ayuno tanto solido como liquidos; cosa que me parece excesiva ya que ni en humanos tienes que estar tanto tiempo...) y nada mas entrar me sale el veterinario, que debe ser nuevo porque nunca antes lo habia visto alli, y me dice que no tenia que haberlo llevado a operar que primero debian repetir la analitica y que si estaba bien y tal ya pedia cita. Yo con cara de "no me puedo creer que me este hablando de estas maneras", lo deje pasar. Pero aun asi todo el rato diciendome que no tenia que haber pedido cita con cirugia ya que ese hueco podian haberlo reyenado. Le repiten los analisis y me dice que los valores hepaticos los tiene aun mas elevados pero que seguramente era porque como habia adelgazado que por eso los tenia aun mas altos. Total que otro mes a dieta, esta vez con l/d de hills, el legalon y otro medicamento: Samylin. (Bueno entre medias llego la dueña y me dijo que yo no tenia la culpa de lo de cirugia que al llamar para pedir cita, quien me atendio tenia que haber mirado la ficha y haberme dicho que no era para cirugia)


Bueno pues hoy ha pasado otro mes, Billy esta flaquito, en su peso, y no hace falta pesarlo para verlo. Pues lo hemos llevado y primero nos han dicho que sigue gordo, cosa que NO ES CIERTA, le han examinado y la chica (ha atendido otra que no es el chico) ha dicho que el higado tiene que estar bien ya que no tiene ningun sintoma visible ni nada. Total le sacan sangre y da ERROR, le vuelven a sacar sangre y nos dicen que lo van a hacer por otro metodo y que tardara unas dos horas en saber resultados asi que nos llamarian. Bueno pues no han pasado dos horas si no SIETE!!!! y ha llamado el tio borde (Desde que me hablo de esas maneras no lo aguanto) y dice que los valores siguen altos pero que ahora la glucosa no concuadra con la anterior. Y que cree que el mes anterior los analisis se hicieron mal (vale chaval no te acordaras pero fuiste TU quien los hizo) y que mañana me llamaria para ver que puede tener el huron porque no puede ser por el peso ya que lleva demasiado tiempo.


Ahora:


¿No podian haber indagado mas para saber porque tenia los parametros hepaticos altos? no que han esperado 2 meses para decir que tienen que ver porque estan altos..


¿Por que no te pueden castrar a un huron si los tiene altos?


¿Por que me dicen que el huron esta gordo, cuando esta normal? no tiene ni barriguita ni nada




martes, 15 de diciembre de 2009

Excursión a Oreja

El domingo 13 tuvimos nuestra segunda excursión a los pueblos abandonados, como la otra vez Nat, Javier y yo quedamos por la mañana y coger rumbo a Oreja, un pueblecito de Toledo abandonado en el que las casas aun están en pie y donde se encuentra un castillo.


Después de liarnos un poco por el camino, ya que las señas no eran muy buenas, paramos en una gasolinera para que nos indicaran el camino. Había que pasar por una yeguada. Al verla nos paramos para investigarla ya que estaba abandonada también. La recorrimos pero estaba cerrada así que nos quedamos con las ganas de entrar. Apareció un perro y la Vampy se fue corriendo detrás de él y no nos hacía caso por lo que nos toco correr detrás de ella hasta pillarla…



Una vez en el coche y pasados unos cuantos kilómetros más vimos el castillo en lo alto de la montaña (señal de que íbamos por buen camino). Al llegar arriba descubrimos que había gente porque había dos coches aparcados por allí. Nos bajamos y echamos el primer vistazo. Como eran las tres y pico nos dispusimos a comer los bocatas de tortilla de patatas. Mientras lo hacíamos apareció la gente de los coches pero al vernos pasaron de largo y se fueron (Mejor!!).


Después de comer, fuimos a ver el castillo que estaba un poco apartado del pueblo y teníamos que ir a pie. Resulto ser hueco por dentro porque se habían caído todos los pisos y solo quedaban unas escaleritas.



Como no había mucho que ver decidimos bajar la montaña por un caminito por el cual se supone íbamos a llegar a una especie de cueva que vimos desde arriba. Resulto que la cueva estaba casi en lo alto así que Javi salió colina arriba para verla. Nada importante. Seguimos por el camino y llegamos a una zona donde había unas edificaciones derruidas pero sin mucho que ver.



Ahora nos tocaba subir la montaña… Acabe casi que con el pulmón fuera jjajaja



Por último investigamos el pueblo a fondo antes de irnos.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Veronica Romeo "Limited Edition"

El EP de Verónica Romeo contará sólo con 200 copias, cada copia será enviada firmada por la propia Vero. Para más información http://www.veronicaromeo.com/


Contiene:
1. Un corazón más roto
2. Latidos
3. Hola mundo
4. Conectado a mi

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La Sirenita (Hans Christian Andersen)


En el fondo del más azul de los océanos había un maravilloso palacio en el cual habitaba el Rey del Mar, un viejo y sabio tritón que tenía una abundante barba blanca. Vivía en esta espléndida mansión de coral multicolor y de conchas preciosas, junto a sus hijas, cinco bellísimas sirenas.



La Sirenita, la más joven, además de ser la más bella poseía una voz maravillosa; cuando cantaba acompañándose con el arpa, los peces acudían de todas partes para escucharla, las conchas se abrían, mostrando sus perlas, y las medusas al oírla dejaban de flotar.



La pequeña sirena casi siempre estaba cantando, y cada vez que lo hacía levantaba la vista buscando la débil luz del sol, que a duras penas se filtraba a través de las aguas profundas.


-¡Oh! ¡Cuánto me gustaría salir a la superficie para ver por fin el cielo que todos dicen que es tan bonito, y escuchar la voz de los hombres y oler el perfume de las flores!


-Todavía eres demasiado joven -respondió la abuela-. Dentro de unos años, cuando tengas quince, el rey te dará permiso para subir a la superficie, como a tus hermanas.



La Sirenita soñaba con el mundo de los hombres, el cual conocía a través de los relatos de sus hermanas, a quienes interrogaba durante horas para satisfacer su inagotable curiosidad cada vez que volvían de la superficie. En este tiempo, mientras esperaba salir a la superficie para conocer el universo ignorado, se ocupaba de su maravilloso jardín adornado con flores marítimas. Los caballitos de mar le hacían compañía y los delfines se le acercaban para jugar con ella; únicamente las estrellas de mar, quisquillosas, no respondían a su llamada.


Por fin llegó el cumpleaños tan esperado y, durante toda la noche precedente, no consiguió dormir. A la mañana siguiente el padre la llamó y, al acariciarle sus largos y rubios cabellos, vio esculpida en su hombro una hermosísima flor.



-¡Bien, ya puedes salir a respirar el aire y ver el cielo! ¡Pero recuerda que el mundo de arriba no es el nuestro, sólo podemos admirarlo! Somos hijos del mar y
no tenemos alma como los hombres. Sé prudente y no te acerques a ellos. ¡Sólo te traerían desgracias!


Apenas su padre terminó de hablar, La Sirenita le di un beso y se dirigió hacia la superficie, deslizándose ligera. Se sentía tan veloz que ni siquiera los peces conseguían alcanzarla. De repente emergió del agua. ¡Qué fascinante! Veía por primera vez el cielo azul y las primeras estrellas centelleantes al anochecer. El sol, que ya se había puesto en el horizonte, había dejado sobre las olas un reflejo dorado que se diluía lentamente. Las gaviotas revoloteaban por encima de La Sirenita y dejaban oír sus alegres graznidos de bienvenida.


-¡Qué hermoso es todo! -exclamó feliz, dando palmadas.

Pero su asombro y admiración aumentaron todavía: una nave se acercaba despacio al escollo donde estaba La Sirenita. Los marinos echaron el ancla, y la nave, así amarrada, se balanceó sobre la superficie del mar en calma. La Sirenita escuchaba sus voces y comentarios. “¡Cómo me gustaría hablar con ellos!", pensó. Pero al decirlo, miró su larga cola cimbreante, que tenía en lugar de piernas, y se sintió acongojada: “¡Jamás seré como ellos!”


A bordo parecía que todos estuviesen poseídos por una extraña animación y, al cabo de poco, la noche se llenó de vítores: “¡Viva nuestro capitán! ¡Vivan sus veinte años!” La pequeña sirena, atónita y extasiada, había descubierto mientras tanto al joven al que iba dirigido todo aquel alborozo. Alto, moreno, de porte real, sonreía feliz. La Sirenita no podía dejar de mirarlo y una extraña sensación de alegría y sufrimiento al mismo tiempo, que nunca había sentido con anterioridad, le oprimió el corazón.


La fiesta seguía a bordo, pero el mar se encrespaba cada vez más. La Sirenita se dio cuenta en seguida del peligro que corrían aquellos hombres: un viento helado y repentino agitó las olas, el cielo entintado de negro se desgarró con relámpagos amenazantes y una terrible borrasca sorprendió a la nave desprevenida.

-¡Cuidado! ¡El mar...! -en vano la Sirenita gritó y gritó.


Pero sus gritos, silenciados por el rumor del viento, no fueron oídos, y las olas, cada vez más altas, sacudieron con fuerza la nave. Después, bajo los gritos desesperados de los marineros, la arboladura y las velas se abatieron sobre cubierta, y con un siniestro fragor el barco se hundió. La Sirenita, que momentos antes había visto cómo el joven capitán caía al mar, se puso a nadar para socorrerlo. Lo buscó inútilmente durante mucho rato entre las olas gigantescas. Había casi renunciado, cuando de improviso, milagrosamente, lo vio sobre la cresta blanca de una ola cercana y, de golpe, lo tuvo en sus brazos.


El joven estaba inconsciente, mientras la Sirenita, nadando con todas sus fuerzas, lo sostenía para rescatarlo de una muerte segura. Lo sostuvo hasta que la tempestad amainó. Al alba, que despuntaba sobre un mar todavía lívido, la Sirenita se sintió feliz al acercarse a tierra y poder depositar el cuerpo del joven sobre la arena de la playa. Al no poder andar, permaneció mucho tiempo a su lado con la cola lamiendo el agua, frotando las manos del joven y dándole calor con su cuerpo.


Hasta que un murmullo de voces que se aproximaban la obligaron a buscar refugio en el mar.

-¡Corran! ¡Corran! -gritaba una dama de forma atolondrada- ¡Hay un hombre en la playa! ¡Está vivo! ¡Pobrecito...! ¡Ha sido la tormenta...! ¡Llevémoslo al castillo! ¡No! ¡No! Es mejor pedir ayuda...


La primera cosa que vio el joven al recobrar el conocimiento, fue el hermoso semblante de la más joven de las tres damas.


-¡Gracias por haberme salvado! -le susurró a la bella desconocida.


La Sirenita, desde el agua, vio que el hombre al que había salvado se dirigía hacia el castillo, ignorante de que fuese ella, y no la otra, quien lo había salvado.



Pausadamente nadó hacia el mar abierto; sabía que, en aquella playa, detrás suyo, había dejado algo de lo que nunca hubiera querido separarse. ¡Oh! ¡Qué
maravillosas habían sido las horas transcurridas durante la tormenta teniendo al joven entre sus brazos!


Cuando llegó a la mansión paterna, la Sirenita empezó su relato, pero de pronto sintió un nudo en la garganta y, echándose a llorar, se refugió en su habitación. Días y más días permaneció encerrada sin querer ver a nadie, rehusando incluso hasta los alimentos. Sabía que su amor por el joven capitán era un amor sin esperanza, porque ella, la Sirenita, nunca podría casarse con un hombre.


Sólo la Hechicera de los Abismos podía socorrerla. Pero, ¿a qué precio? A pesar de todo decidió consultarla.


-¡...por consiguiente, quieres deshacerte de tu cola de pez! Y supongo que querrás dos piernas. ¡De acuerdo! Pero deberás sufrir atrozmente y, cada vez que pongas los pies en el suelo sentirás un terrible dolor.


-¡No me importa -respondió la Sirenita con lágrimas en los ojos- a condición de que pueda volver con él!


-¡No he terminado todavía! -dijo la vieja-. ¡Deberás darme tu hermosa voz y te quedarás muda para siempre! Pero recuerda: si el hombre que amas se casa con otra, tu cuerpo desaparecerá en el agua como la espuma de una ola.


-¡Acepto! -dijo por último la Sirenita y, sin dudar un instante, le pidió el frasco que contenía la poción prodigiosa. Se dirigió a la playa y, en las proximidades de su mansión, emergió a la superficie; se arrastró a duras penas por la orilla y se bebió la pócima de la hechicera.



Inmediatamente, un fuerte dolor le hizo perder el conocimiento y cuando volvió en sí, vio a su lado, como entre brumas, aquel semblante tan querido sonriéndole. El príncipe allí la encontró y, recordando que también él fue un náufrago, cubrió tiernamente con su capa aquel cuerpo que el mar había traído.


-No temas -le dijo de repente-. Estás a salvo. ¿De dónde vienes?


Pero la Sirenita, a la que la bruja dejó muda, no pudo responderle.

-Te llevaré al castillo y te curaré.


Durante los días siguientes, para la Sirenita empezó una nueva vida: llevaba maravillosos vestidos y acompañaba al príncipe en sus paseos. Una noche fue invitada al baile que daba la corte, pero tal y como había predicho la bruja, cada paso, cada movimiento de las piernas le producía atroces dolores como premio de poder vivir junto a su amado. Aunque no pudiese responder con palabras a las atenciones del príncipe, éste le tenía afecto y la colmaba de gentilezas. Sin embargo, el joven tenía en su corazón a la desconocida dama que había visto cuando fue rescatado después del naufragio.


Desde entonces no la había visto más porque, después de ser salvado, la desconocida dama tuvo que partir de inmediato a su país. Cuando estaba con la Sirenita, el príncipe le profesaba a ésta un sincero afecto, pero no desaparecía la otra de su pensamiento. Y la pequeña sirena, que se daba cuenta de que no era ella la predilecta del joven, sufría aún más. Por las noches, la Sirenita dejaba a escondidas el castillo para ir a llorar junto a la playa.



Pero el destino le reservaba otra sorpresa. Un día, desde lo alto del torreón del castillo, fue avistada una gran nave que se acercaba al puerto, y el príncipe decidió ir a recibirla acompañado de la Sirenita.


La desconocida que el príncipe llevaba en el corazón bajó del barco y, al verla, el joven corrió feliz a su encuentro. La Sirenita, petrificada, sintió un agudo dolor en el corazón. En aquel momento supo que perdería a su príncipe para siempre. La desconocida dama fue pedida en matrimonio por el príncipe enamorado, y la dama lo aceptó con agrado, puesto que ella también estaba enamorada. Al cabo de unos días de celebrarse la boda, los esposos fueron invitados a hacer un viaje por mar en la gran nave que estaba amarrada todavía en el puerto. La Sirenita también subió a bordo con ellos, y el viaje dio comienzo.


Al caer la noche, la Sirenita, angustiada por haber perdido para siempre a su amado, subió a cubierta. Recordando la profecía de la hechicera, estaba dispuesta a sacrificar su vida y a desaparecer en el mar. Procedente del mar, escuchó la llamada de sus hermanas:


-¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Somos nosotras, tus hermanas! ¡Mira! ¿Ves este puñal? Es un puñal mágico que hemos obtenido de la bruja a cambio de nuestros cabellos. ¡Tómalo y, antes de que amanezca, mata al príncipe! Si lo haces, podrás volver a ser una sirenita como antes y olvidarás todas tus penas.


Como en un sueño, la Sirenita, sujetando el puñal, se dirigió hacia el camarote de los esposos. Mas cuando vio el semblante del príncipe durmiendo, le dio un beso furtivo y subió de nuevo a cubierta. Cuando ya amanecía, arrojó el arma al mar, dirigió una última mirada al mundo que dejaba y se lanzó entre las olas, dispuesta a desaparecer y volverse espuma.


Cuando el sol despuntaba en el horizonte, lanzó un rayo amarillento sobre el mar y, la Sirenita, desde las aguas heladas, se volvió para ver la luz por última vez. Pero de improviso, como por encanto, una fuerza misteriosa la arrancó del agua y la transportó hacia lo más alto del cielo. Las nubes se teñían de rosa y el mar rugía con la primera brisa de la mañana, cuando la pequeña sirena oyó cuchichear en medio de un sonido de campanillas:


-¡Sirenita! ¡Sirenita! ¡Ven con nosotras!


-¿Quiénes son? -murmuró la muchacha, dándose cuenta de que había recobrado la voz-. ¿Dónde están?


-Estás con nosotras en el cielo. Somos las hadas del viento. No tenemos alma como los hombres, pero es nuestro deber ayudar a quienes hayan demostrado buena voluntad hacia ellos.


La Sirenita, conmovida, miró hacia abajo, hacia el mar en el que navegaba el barco del príncipe, y notó que los ojos se le llenaban de lágrimas, mientras las hadas le susurraban:


-¡Fíjate! Las flores de la tierra esperan que nuestras lágrimas se transformen en rocío de la mañana. ¡Ven con nosotras! Volemos hacia los países cálidos, donde el aire mata a los hombres, para llevar ahí un viento fresco. Por donde pasemos llevaremos socorros y consuelos, y cuando hayamos hecho el bien durante trescientos años, recibiremos un alma inmortal y podremos participar de la eterna felicidad de los hombres -le decían.


-¡Tú has hecho con tu corazón los mismos esfuerzos que nosotras, has sufrido y salido victoriosa de tus pruebas y te has elevado hasta el mundo de los espíritus del aire, donde no depende más que de ti conquistar un alma inmortal por tus buenas acciones! -le dijeron.


Y la Sirenita, levantando los brazos al cielo, lloró por primera vez.


Oyéronse de nuevo en el buque los cantos de alegría: vio al Príncipe y a su linda esposa mirar con melancolía la espuma juguetona de las olas. La Sirenita, en estado invisible, abrazó a la esposa del Príncipe, envió una sonrisa al esposo, y en seguida subió con las demás hijas del viento envuelta en una nube color de rosa que se elevó hasta el cielo.



FIN

domingo, 6 de diciembre de 2009

Portada del EP de Veronica Romeo pronto!

¿Quiere decir esto que se acercan novedades?

sábado, 5 de diciembre de 2009

Vampy en Urgencias

Estaba ayer por la tarde en casa tranquilito cuando se me acerco la Vampy y le note algo raro en la cara. Tenía el ojo izquierdo hinchado. Me asuste ya que el día anterior le habían vacunado y podría ser algún efecto secundario. La iba a llevar al veterinario pero junto estaba cerrado por 10 minutos. Llamé a Javier y le conté todo, me dijo que no me preocupara que cuando el viniera si seguía así la llevaríamos a Urgencias. En menos de cinco minutos le llame para decirle que la perra había empeorado y que me la llevaba corriendo al centro de Urgencias de Bravo Murillo. Antes de salir llamé y le dije a la veterinaria lo que pasaba; me recomendó que la llevara. Así que me cambie el pantalón del pijama y me fui corriendo tal como estaba.

Una vez allí me estuvo preguntando sobre lo que había estado haciendo la perra durante el día, le conté que justo antes de darme cuenta de la inflamación había vomitado espuma. Me dijo que no podía ser de la vacuna porque habían pasado demasiadas horas. Le palpo, le tomo la temperatura (tenía unas décimas de fiebre) y le miro la cara. Ahora tenía inflamado el ojo izquierdo, el derecho y los papos. Me dijo que era una reacción alérgica pero no sabemos a qué. Le pincho tres veces, y en el rato que estuve dándole mis datos a la veterinaria se le noto mejoría en la hinchazón.

Al llegar a casa le quite la comida y la envolví en una toalla húmeda tal como me dijo que hiciera la chica.
Cuando llego Javier ya estaba casi perfecta.


Menos mal que quedo todo en un susto… pero el mal rato no me lo quita nadie...

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Biofilia

Una interacción óptima entre los animales y el hombre es lo que el prestigioso biólogo Edward O. Wilson, de la Universidad de Harvard, denomina biofilia, la «afiliación innata emocional de los seres humanos hacia otras criaturas vivas».


La sana interacción con los animales la contemplamos a diario en numerosas escenas de la vida: la mascota sigue a su dueño, recíprocamente este la demanda y tiene la impresión de que le obedece y le es leal. La biofilia constituye, sin dudas, el fundamento de esta sana relación hombre-animal; pues el contacto verbal y corporal con otros seres de una especie distinta a la nuestra conduce a niveles de comunicación más profundos e importantes. Numerosos experimentos demuestran que los animales, especialmente los domésticos, no sólo representan ser un miembro más de la familia o del hogar, sino que también constituyen una verdadera fuente de salud.


Se ha comprobado que estar en contacto con los animales, atenúa los niveles de la presión sanguínea en situaciones de máximo estrés. Avalando este hecho, de acuerdo a experimentos realizados por científicos australianos, las personas de ese país que poseen animales de compañía asisten menos al médico y a los hospitales e ingieren una menor cantidad de medicamentos.


Para muchos psiquiatras abocados al estudio de este fenómeno, ciertas conductas de los animales guardan paralelismos con el comportamiento humano. Ellos aseveran que, precisamente, es en esta vinculación donde los investigadores pueden descubrir interesantes aplicaciones terapéuticas. En este sentido, los terapeutas consideran un factor sumamente importante el hecho de que el animal no clasifique a su compañero de juegos humano dentro de las categorías del Homo sapiens, como feo, hermoso, blanco, negro, rico, pobre, inteligente o discapacitado. En definitiva, quien entabla una sana amistad con un animal o mascota sabe que se siente aceptado plenamente como persona tal cual es.